23 marzo, 2023

Congelar precios contra la inflación es tan solo un respire ante la crisis económica que empeora

ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR

El anuncio de “congelar precios” por parte de muchas empresas, como parte de un convenio para frenar la inflación que fue triunfalmente anunciado por el Presidente López Obrador, sin embargo, son muchas las consecuencias que podría tener esta acción que se ve como un intento desesperado por frenar el alto costo de la canasta básica.

El Presidente firmó un convenio con empresarios del sector alimenticio, donde se comprometen a reducir el precio de la canasta básica a mil 39 pesos, también se pactó no incrementar precios de combustibles ni tarifas eléctricas, en lo que parece ser una medida de coyuntura y que debe de ir más allá de un freno a los precios.

La inflación en México ha crecido este año como hacía 20 años que no sucedía y podría terminar este año con una cifra inflacionaria de dos cifras, algo que no ha sucedido desde hace muchos años ya que ahora el manejo de la economía por parte del actual Gobierno Federal no ha sido el mejor o más adecuado al menos a juzgar por los resultados y los indicadores económicos.

Los empresarios que pactaron no incrementar sus precios incluyen empresas de huevo, carne, atún, tortillas, pollo y distribuidores, quienes se comprometieron a respetar un rango de precios para lograr el precio objetivo para la Canasta Básica y así apoyar a la economía familiar, pero es importante trascender este pacto para superar la crisis y que se dé una recuperación económica.

El plan incluye 24 productos básicos enlistados y que “congelarán” sus precios: Harina de maíz, huevo, pollo, carne y atún, el pacto suscrito entre Gobierno y empresarios implica el compromiso de cada sector de la IP firmante, para no aumentar los precios. 

Sin embargo, habrá que ver hasta qué punto están dispuestos los empresarios a sacrificarse o cual es el beneficio a posteriori que esperan obtener, porque es muy claro que ellos, los hombres de negocios, no deben estar dispuestos a perder dinero o más bien a reducir sus utilidades, ya que son un sector que nunca se ha distinguido por su empatía social o solidaridad con la gente, ellos son comerciantes.

Otro punto poco claro es el papel que juegan algunas empresas como WALMART y SORIANA, enlistados como distribuidores, pero no se explica cuál será su aportación a este pacto para frenar la inflación y sus efectos en la economía familiar de México, porque el costo de la vida sigue en incremento.

Antonio Suárez Gutiérrez, de Tuny (atún)
Leovi Carranza Belftrán, de Grupo Pinsa-Dolores (atún)
Juan Antonio González Moreno, de Grupo Gruma-Maseca (aortillas)
Altagracia Gómez Sierra, de Minsa (tortillas)
Daniel Salazar Ferrer, de Bachoco (pollo y huevo)
Isidro Ávila Lupercio, de San Juan (huevo)
Alfonso Celis, de Calvario (huevos)
Jesús Vizcarra Calderón, de Sukarne (carne de res)
Arnulfo Ortiz, de Grupo Gusi (carne de res)
José Zaga Mizrahi, de Opormex (carne de cerdo)
Eugenio Caballero Sada, de Sigma Alimento (carne de cerdo)
Guilherme Loureiro/ Javier Treviño, de Walmart (distribuidores)
Ricardo Martín Bringas, de Soriana (distribuidores)
Antonio Chedraui Obeso, de Chedraui (distribuidores)
Alfonso Rosales Wybo, de Valle Verde

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