ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
“Ser panista no me permite trabajar por los mexicalenses”, dice en una parte de su carta de renuncia el ahora ex blanquiazul, Oscar Vega Marín, quien fuera secretario de Educación de Baja California, Comisionado Nacional de Seguridad Pública de SEGOB y candidato a Gobernador de BC por el PAN en 2019.
Los comentarios de “chapulín” ilustran la percepción de oportunismo político que la renuncia del “Chicken Little” deja en miles de mexicalenses, rumores de una probable afiliación a Movimiento Ciudadano, el “Naranjito” que queda vivo en la constelación de partidos políticos mexicanos, donde buscaría una candidatura para la Alcaldía de Mexicali en 2024, aunque es mucho futurismo.
Sin embargo, la renuncia es una manera de salir “honorablemente” del PAN, al menos eso puede parecer a muchos, porque de acuerdo a Emmanuel Mendoza, dirigente estatal del PAN en BC, su expulsión ya era un hecho y debía suceder dentro de poco tiempo.
Con este movimiento Vega Marín da un giro más a una carrera política que bajó mucho de nivel cuando aceptó ser parte de una planilla como Regidor, cargo desde el que estuvo haciendo “marca personal” a Norma Bustamante en muchos de sus eventos, pero también se confrontó con sus compañeros de bancada municipal.
La señal más evidente y triste que esta renuncia envía a los mexicalenses y bajacalifornianos en general es que el PAN se debilita, de acuerdo a Oscar, militante desde 1988, casi 34 años que ahora él tira por la borda y la pregunta obvia es: ¿realmente habrá cambiado tanto el PAN como para que un militante de décadas renuncie al partido?
Algunos dirán que esto es como cuando alguien renuncia a su empleo porque tiene, o cree tener, una mejor oportunidad en otra parte, aunque aquí dejar la militancia por parte de Vega Marín, deje a mucha gente con mal sabor de boca, la verdad el PAN se hunde y a Oscar le espera un viacrucis político si decide irse a Movimiento Ciudadano.