REDACCIÓN
THE BAJA POST
La sentencia condenatoria de 50 años a prisión contra dos secuestradores que, durante seis días, mantuvieron en cautiverio a un niño de 2 años de edad y a su padre, dentro de un inmueble ubicado en Maneadero, es una muestra de congruencia, a diferencia de otras sentencias que han sido demasiado benévolas, como fue el caso del feminicida de Mexicali.
A través de acciones efectivas del Ministerio Público y el trabajo de los agentes investigadores del Grupo de Antisecuestros de la Fiscalía de Baja California que estuvieron asignados al caso, se logró el rescate de los 2 privados de la libertad el 5 de octubre de 2019; el padre del menor fue golpeado y amenazado de muerte constantemente.
El FGE a través del agente del Ministerio Público aportó los datos de prueba que permitieron ejercer justicia contra Rafael Robles Meza alias “El Viejón” y Manuel Arévalo Reyes alias “El Choco”, por su responsabilidad en el secuestro, además, los dos pertenecían a una banda de narcomenudistas que actuaban en el poblado de Maneadero.
Los secuestradores llevaron con engaños a la víctima y a su hijo menor de edad, desde la ciudad de Tijuana hasta Ensenada, para posteriormente secuestrarlos y exigir u n rescate exageradamente alto que rondaba los 400 mil dólares.
Los encerraron en una casa de seguridad de la delegación de Maneadero y así iniciaron con llamadas de “negociación” que eran más bien amenazas a la familia, exigiendo el pago del rescate o asesinarían a ambas personas, ocasionando dolor y angustia al no saber de las víctimas durante el tiempo que estuvieron secuestrados.
Así se cierra un capítulo más de una historia cada vez más común y cada vez más terrible, una realidad que marca a Baja California, donde además de los secuestros, la desaparición de personas ha adquirido una magnitud que debe preocupar a la gente y al Gobierno. En relación a este cruel secuestro, a diferencia de otras sentencias recientes que resultaron muy leves, los culpables pagarán medio siglo en la cárcel, tal vez ni siquiera logren completar su sentencia vivos y mueran antes de terminar de purgarla.