por 
ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
En un país donde pensar diferente al Presidente, se ha convertido en una definición de traición a la Patria, es difícil que haya un debate bien argumentado, todo se reduce a preguntas directas a AMLO, que este responde hablando de cualquier cosa menos de lo que le preguntan.
Votar de acuerdo a las propias convicciones y no votar en bloque siguiendo la “línea” que dan “de arriba”, no es traicionar a la Patria, no se puede atentar contra la individualidad del ser humano obligándolo a pensar, opinar y decir lo que un grupo mesiánico y “adiosado” le indiquen, para condenar como traidores a quienes difieren o piensan distinto.
Ejercer la libertad de expresión, se ha dificultado mucho, con fanáticos furiosos listos a lanzarse sobre cualquier intento de cuestionamiento, para insultar y descalificar a quien se atreva a opinar distinto a cualquier versión oficial, tacharlo de traidor y decirle que ¿Por qué no dijo nada en los otros sexenios?
Las “tropas de Internet”, atacan e insultan a la oposición, una especie de “policía ideológica”, el Santo Oficio que quisiera quemar en leña verde a quien no siga los lineamientos presidenciales, lo cual es muy parecido a lo que hacía el viejo PRI y es lo que hizo que el PAN perdiera en Baja California después de 30 años de dominio.
Sin embargo, también en el otro extremo hay intolerancia, hay odio por quienes siguen a AMLO y eso también está mal, al PAN le faltó autocrítica y que Fox cumpliera sus promesas, a Calderón le faltó planear su “guerrita” contra el narco, se pasaba de soberbio y ahí está.
Peñita, que ahora resulta que le cae muy bien a AMLO (el colmo) engañó a México con su nuevo PRI, que era la misma marranada tricolor de siempre, el PRI debe muchas vidas (Tlatelolco 68, Jueves de Corpus 1971) Fox “desapareció” los excedentes petroleros y sus hijastros hicieron lo que les dio la gana en México.
Ellos también, cuando estaban en el poder, sentían que cualquier voz discordante, cualquier opinión diferente era de un adversario o enemigo, pero nunca se había llegado el extremo de calificar de traidor a la patria, así sin juicio ni nada, a quienes no coinciden con la forma de ver las cosas de AMLO.
