ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
Luces y sonidos explotaron el martes 14 de Noviembre, en el Foro Sol en CdMx, un caldo de cultivo para histeria colectiva entre gente de todas las edades, ritual inexplicable que revivió la BEATLEMANIA entre niños y ancianos, la brecha generacional despareció dos horas y media gracias a Paul McCartney
El concierto de McCartney convocó a muchas generaciones, demostrando que su música rompe la berrera de la edad, desde un pequeño de 6 años, disfrazado de Seargent Pepper, montado en los hombros de su padre, personas en sillas de ruedas o andaderas y bastones, todos coreando las canciones de todo el repertorio de los cuatro de Liverpool, fue posible gracias a Paul McCartney o como le decía su esposa linda: “Beatle Paul”, que vino en representación del espíritu y John y George.
Los Beatles, son un ícono musical, cultural y sociológico de la sexta década del Siglo XX y son un parteaguas de historia que muchos “Millenials” y “Generación Zombi” no alcanzan a comprender e incluso desprecian, pero muchos de ellos “conocieron” a John, Paul, Ringo y George, de alguna manera se “engancharon”, con su música . . . y algo más, muy difícil de explicar.
Pero al ver la alegría y la armonía en el concierto de Sir Paul McCartney, cuando personas de 7 u 8 generaciones diferentes cantaron, gritaron y bailaron canciones como “Can’t buy me love”, “Band on the run”, “Jet”, “Let me roll it”, “Feel like letting go” o llegaron al borde del llanto con “Leti t be”, “Maybe I´m amazed”, “My Valentine”, miles de voces intergeneracionales cantando, llorando y amándose entre ellos.
“Al final, el amor que tomas es igual al amor que haces”, la frase que cierra el último disco grabado por The Beatles, puso fin al concierto de Sir Paul que, a sus 81 años de edad podría haberse estado despidiendo del público mexicano, ese que casi lo hizo llorar de emoción en 1993, cuando se presentó en México por primera vez.
El tiempo es implacable, pero Paul tuvo fuerza y energía suficientes para un show de más de dos horas, demostrando que el tiempo es duro y cruel, pero mucha gente parece desafiarlo y seguir entregándose de una manera u otra, dejando atrás el arquetipo de la edad avanzada escapando del arquetipo social de la “vejez” para seguir creando, trabajando, jugando y amando.
