ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
El tema del maltrato de Roger Sosa Alaffita a empleados de la Tesorería Municipal, es un tema que la alcaldesa Norma Bustamante dijo desconocer, pero aseguró que investigará, las denuncias anónimas de trabajadores que han sido tratados de manera déspota por parte del economista, traído de la CdMx.
Norma Bustamante dijo que no sabía nada de este tema, pero que investigaría, sin embargo, el trato agresivo e irrespetuoso del Tesorero Sosa Alaffita con los trabajadores es muy sabido, de cualquier forma, la Alcaldesa aseguró que pronto dará información al respecto.
Sosa Alaffita es un economista, que tiene un despacho en la CdMx y que, al igual que el Director de Seguridad Pública que ya no está, fue traído de la capital, donde tiene es socio de un despacho de asesoría administrativa, llamado Márquez, Sosa y Asociados, tal y como aparece en su Currículum en la página del Ayuntamiento.
Según su currículum, es un bufete de profesionistas especializados en brindar soporte legal y administrativos en materia de contrataciones públicas y la Presidenta Municipal dijo que, al menos en el área de su trabajo, está conforme con su trabajo “los que no están conformes son los proveedores”, expresó.
Indudablemente que el economista con una maestría y un diplomado, que según su currículum en 14 años ha ´pasado por cerca de dos decenas de trabajos, ha implementado una prolongada rotación de cuentas por pagar, es decir no es mala paga, pero se tarda muchísimo en liquidar a proveedores, sin considerar que a muchos MyPIMES los está ahorcando.
La actitud de Sosa Alaffita con los trabajadores tiene una explicación muy sencilla, en la CdMx la vida es más agresiva y las “jerarquías” están muy marcadas, en base a eso él trata muy mal a los trabajadores, es la “manera de ser capitalina”, sin embargo, tal vez deslumbrado con su propio desempeño técnico, le falta un poco de sentido común y pasa por alto la empatía con los trabajadores.
Lo dicho, es economista y no quizás no sabe mucho de administración o quizás, como muchos que sí son administradores, decide pasar por alto que el recurso humano es el activo más valioso y debe ser tratado con amabilidad y no como trabajadores de encomienda o como hato ganadero.