REDACCION
THE BAJA POST
Gas y electricidad no subirán, no habrá gasolinazos, la inflación es fácil de controlar, se terminará la corrupción. Estas y otras promesas de la campaña 2018 de AMLO quedaron en el olvido, son objeto de una memoria selectiva (cada quien recuerda las osas como le conviene o como quiere) la muestra es que México tiene la tasa inflacionaria más alta desde 2017, sin embargo, en el Gobierno, creen que es un complot de economistas, Reforma, Denisse Dresser y demás “adversarios” de López Obrador.
Las declaraciones de AMLO sobre precios que se están estabilizando, parece ser un intento por detener la desconfianza y tranquilizar a la gente, la realidad económica desmiente todo intento de “calmar” a la opinión pública, los precios en el supermercado siguen subiendo y el aumento al salario mínimo que anunció el Presidente podría disparar la inflación.
Fuentes financieras reportan que para la primera mitad de Noviembre la inflación ´llegó a 7.05% en lo referente a la tasa anual acumulada, un nivel que no se daba desde 2017, los precios de los alimentos han subido en alrededor de 35% a 50% y en algunos rubros ha superado esos niveles.
“La inflación superó la barrera de 7.00% anual y se convirtió en la más elevada desde abril del 2001, cuando todavía no se adoptaba el régimen de objetivos de inflación y la dinámica de precios era muy distinta a la que el país ha experimentado en los últimos 20 años”, explican fuentes financieras.
De acuerdo a informes del INEGI, se observó una presión generalizada en el comparativo anual, se observó que fue al interior de la inflación subyacente, que elimina de su cálculo los bienes y servicios más volátiles, donde hubo una mayor incidencia.
El índice subyacente –que es el que toma en cuenta Banxico para sus decisiones de política monetaria– se ubicó en 5.53% anual. Dentro de esta, el rubro que más presionó fue el de mercancías, con un alza anual de 7.04%, mientras que los servicios aumentaron en 3.85 por ciento.
