ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
El panismo es una doctrina de fe casi religiosa, no por su ideología cercana al clero sino por su fe ciega en que podrán recuperar el terreno perdido y “regresar” al gobierno de Baja California, pero parecen olvidar las derrotas electorales más recientes, a manos de un movimiento de regeneración, llamado MORENA, que a fin de cuentas está resultando ser algo muy distinto a lo que se prometió en campaña.
El lunes 13 de septiembre, el dirigente estatal del partido azul, Kiki Mendez, presentó a varios panistas considerados como “relevantes” en panismo de Baja California, entre otros, estuvieron Raúl López Moreno, Javier Gutiérrez Vidal y Andrés de la Rosa, etiquetados como voceros, para difundir y pregonar los logros y trabajos del Partido Acción Nacional.
No debería haber necesidad de hacer eso, si hubieran hecho cosas realmente relevantes para Baja California, se vería a simple vista, pero hay necesidad de propagar los logros y beneficios del panismo en el Estado, indicador de que los 30 años de gobiernos blanquiazules no dejaron la huella que debería y ahora hay que mostrarle esos logros a la gente, lo cual debería verse a simple vista después de 30 años en el Gobierno Estatal de Baja California.