por ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
Mexicalenses acusan de abuso al gimnasio TotalFit de Mexicali, ya que clientes que tenían sus pagos “domiciliados” a tarjetas de crédito o débito, les seguían cobrando como si operaran y les cobraban por cancelar, a pesar de haber cerrado en Marzo por la pandemia del COVID19, un cliente, que prefirió mantener el anonimato dijo: #Claramente no son el mejor gimnasio de Mexicali, como se hacen llamar” y lo mismo sucedió con muchas organizaciones que siguieron su cobranza con presiones y acoso a pesar de la crisis económica desatada por la pandemia.
La sensibilidad social y la empatía con los demás es algo que al sector empresarial le gusta mencionar cuando se sienten afectados por alguna medida gubernamental, entonces llaman a medios y hacen “atrevidos” señalamientos, pero cuando es su turno de mostrarse solidarios con los trabajadores, las cosas cambian mucho.
Escuelas particulares que siguieron cobrando colegiaturas como si nada ocurriera, un gimnasio cerrado que pasaban la factura a sus miembros, aunque estuviera cerrado, patrones que pidieron a sus empleados (as) que siguieran trabajando desde casa con medio salario, abusos que solamente muestran lo que muchos sabían: Una falta de sensibilidad social de parte de muchos empresarios, reales y “heredados”.
La pandemia ha derribado la careta, la fachada de “promover valores” con que muchas empresas y organizaciones privadas se lavan la cara, pero el COVID19 ha mostrado su verdadera cara, muchos de ellos “hombres y mujeres de negocios” que desconocen la cultura del esfuerzo por haber nacido en “pañales de seda” aunque ellos dicen “no tener la culpa” se niegan a ver que eso también implica una responsabilidad social, que ellos no pueden ver porque no son culpables de la situación de sus trabajadores y ahí es donde empieza el error.
