ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
Varios medios de comunicación informaron que, de acuerdo a un comunicado de prensa de la organización PROVINO A.C., a partir del 20 de junio reabrían entre 17 y 20 vinícolas del Valle de Guadalupe, con las debidas medidas de seguridad, para empezar la reactivación de uno de los mayores atractivos turísticos del país y uno de los productores agrícolas (cultivo de la vid y producción de vinos) más importantes de México.
La producción de vino y las actividades ecoturísticas, así como los atractivos de las Fiestas de la Vendimia, han hecho de vinicultura bajacaliforniana un imán para atraer turismo nacional y extranjero que había sido interrumpido por la crisis sanitaria causada por el COVID19 y ahora, a pesar del semáforo en rojo para Baja California, el Valle de Guadalupe parece despertar y regresa poco a poco a la actividad.
Sin embargo, habrá que esperar la evolución de la situación sanitaria para ver a qué porcentaje de su capacidad reabren los servidores turísticos del Valle de Guadalupe, empresas que generan empleos y atraen divisas del turismo extranjero, que con las debidas medidas y filtros sanitarios empezaron a reabrir actividades el fin de semana anterior.
La vid es un cultivo importante para Baja California, sin embargo, enfrenta varios retos, como el tema fiscal, donde el 37% del precio de una botella de vino mexicano, se corresponde a impuestos y el consumo per cápita de vino en México es de 0.65 litros por habitante, es un cultivo que genera mano de obra, además de la actividad ecoturística, pero México no se encuentra entre los 13 principales productores vinícolas a nivel mundial.
Poco más de 90% del vino nacional se produce en Baja California, en Ensenada, principalmente en los Valles de Guadalupe y Santo Tomás, de acuerdo a un estudio de la UNAM, la vid llegó a México traída por los conquistadores y Hernán Cortés mandó sembrar mil vides españolas y autóctonas por cada cien indígenas a su servicio, mientras hay relatos que afirman que Leif Ericksson, vikingo, llegó a Canadá en el año 1000 trayendo con él plantas de vid.
Como quiera que haya sido, está científicamente comprobado que la una franja que abarca parte de California y de Baja California, cuenta con las condiciones ideales de clima y terreno para el cultivo de la vid y de esa manera Estados Unidos, México, Chile y Argentina se disputan el liderazgo vinícola, una industria que (además de excelentes vinos en todas esas regiones) surge también como un gran atractivo turístico.