por 
ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
IMAGEN: Pixabay Avakaphoto
Once muertos dejó un desquiciado individuo, que incendió el bar Beer House, de donde lo habían sacado minutos antes, por molestar y hostigar a mujeres, en estado de ebriedad, demostrando una vez más que el alcohol es una droga peligrosa, pero tolerada por la sociedad.
En la Mañanera de Palacio Nacional, se ha repetido que la violencia generalizada en el país no existe, que es un “invento” de los “medios conservadores” y la “prensa vendida al bloque opositor”, sin embargo, los hechos desmienten esas afirmaciones y este sexenio ya ronda por los 170 mil muertos.
“La culpa es de Calderón que empezó una guerra absurda, que solamente sembró muertos en México”, asegura el Presidente cada vez que se le cuestiona y aunque es cierto, han pasado cinco años y no ha disminuido esa cifra mortal en lo más mínimo, además que en campaña había prometido que tenía la solución contra la inseguridad.
La militarización que iniciara Calderón, parte del problema que provocó la muerte de miles de mexicanos, que AMO prometió detener, ha crecido y López Obrador ha entregado obras, aeropuertos, aduanas, Guardia Nacional y otras instancias al Ejército.
La economía mexicana, entre el triunfalismo de tipo de cambio favorable al pero (que en muchos sentidos no es tan benéfico) y aumento de precios en la Canasta Básica, los voceros del régimen ignoran o cierran los ojos ante una situación económica que no alcanzan a comprender.
Con México dividido en incondicionales, detractores y muchos (demasiados) mexicanos indiferentes a lo que pasas en el país, algunos funcionarios, como la jefa de Gobierno de la CdMx, Claudia Sheinbaum, han estado en “campaña” varios años, descuidando su trabajo, pensando solo en ser candidata (o) presidencial en 2024.
