ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
La llegada de 30 mil migrantes mensuales a México, venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos, la mayoría, que vendrán de los Estados Unidos a esperar si les autorizan o no el ingreso legal o asilo en la Unión Americana, en territorio nacional, a pesar de no ser mexicanos y el Embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, no respondió cuestionamientos sobre este tema.
En primer lugar no son mexicanos, Salazar no quiso dar una justificación para la decisión de enviarlos a México, como si fuera una “sala de espera”, tampoco mencionó si los Gobiernos de Estados fronterizos, como el de Marina del Pilar, tendrán algún tipo de apoyo financiero para el sustento económico de los migrantes.

Los riesgos de crisis sociales o económicas por la llegada de estos migrantes, es latente, pero el Embajador Salazar tampoco respondió este tema, además de que no toman en cuenta a los residentes de las ciudades fronterizas que tendrán que recibir a estas personas, en comunidades que podrían resultar muy afectadas con esta migración obligada.
Una migración obligada por partida doble, pues los migrantes se ven forzados a salir de sus países por falta de oportunidades, violencia, guerra civil o persecución política, entre otras causas, llegan a EUA y de ahí son obligados a emigrar a México para que el vecino país decida si los acepta o no, mostrando una vez más que, como dijo Aguilar Zínser, somos su patio trasero y este movimiento poblacional lo demuestra.
Salazar dijo que se trata de una crisis migratoria sin precedentes y, de alguna manera, el Gobierno anterior (de Donald Trump) dejó crecer el problema al politizarlo y tomó decisiones equivocadas que, al mismo tiempo que se dan problemas políticos en países Centroamericanos que provocan el flujo migratorio de estas personas a Estados Unidos.
Las respuestas (o falta de ellas) de Salazar, respecto a la llegada de los migrantes a las fronteras mexicanas, deja al aire la justificación para tomar a México como sala de espera y no dice si se apoyará a los estados fronterizos para la manutención de estos migrantes, ni siquiera un mensaje a la población de las comunidades fronterizas mexicanas que verán impactos en su estilo de vida, con la llegada de estas personas.