
ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
FOTOS: SECRETARÍA DE SEGURIDAD CIUDADANA CdMx
Un estudiante de secundaria entró a la escuela con una pistola, se disparó en la mano y tuvo que ser atendido por servicios médicos, su padre acudió al plantel y demostró la legal posesión del arma, pero demostró una enorme irresponsabilidad, al no darse cuenta que su hijo se había llevado la pistola a la escuela.
El “estudiante pistolero” será presentado ante las autoridades para decidir su situación legal, podría ser enviado al Tribunal de Adolescentes o podría ser “perdonado”, la cuestión es preguntarse qué valores tienen los jóvenes ahora o que ejemplos estarán siguiendo, la violencia se manifiesta de muchas formas y esta es una de ellas.
Pero muchas veces los maestros no pueden hacer nada, ante actitudes abordas de los directores y coordinares o prefectos de las escuelas, que defienden y sobreprotegen a los alumnos sin ver que están generando un gran problema, que ayer pudo haber muerto alguien en esa secundaria de Iztapalapa, pero tal vez solo digan “La vida sigue”.
¿Debe registrarse a los estudiantes al ingresar a la escuela todos los días? ¿Se viola la privacidad de los alumnos? ¿Deben ponerse puntos o filtros de seguridad en la entrada de las escuelas? Las autoridades de seguridad y educación deben de ver este caso como una alarma, la formación y el respeto a los estudiantes es clave en su educación, solo se puede concluir que ayer en CdMx se encendió una luz roja, una alarma social que no debe dejarse pasar, las autoridades deben actuar ahora que aún es tiempo.

¿Cuándo parará esto? Tal vez cuando haya un tiroteo escolar en México como los que hay en Estados unidos bastante a menudo, pero hay ejemplos que, por muy triviales que pudieran parecer, pueden generar hechos violentos como el disparo de Iztapalapa ayer.
