por ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
Una especie de absurda revolución, que algunos estadounidenses intentaron, “cilindreados” por Donald Trump, a través de las redes sociales, donde el titular del Poder Ejecutivo invita a sus partidarios a asaltar el Capitolio, sede del Legislativo de los EUA, porque no está de acuerdo en sus resoluciones provocó el bloqueo a las cuentas del Presidente, independientemente de su libertad de expresión, existe algo que se llama abuso de la libertad, evidente en este caso paradójico y absurdo e incluso cobarde, ahora hay un temor generalizado de brotes de violencia en la toma de posesión del nuevo Presidente de los Estados Unidos.
Trump ha anunciado que no irá a la transición de poder, en todos los medios estadounidenses, tradicionales y alternativos, se habla de la probabilidad de otra “insurrección” ese día, incluso se habla de operativos muy estrictos para proteger al nuevo mandatario que debe rendir juramento en las escalinatas del Capitolio, al aire libre y llegar ahí desde Avenida Pensylvannia #1600 (la Casa Blanca) en un auto descapotado nb una espcie de desfile como se ha hecho desde hace muchos años, hay temor de atentados a incluso de complicidad de corporaciones policiacas con los “revolucionarios”.
Los llamados a la violencia y a atacar capitales estatales en todo el vecino país, para el 19 de enero en que tome posesión Biden, han sido constantes a través de la red social PARLER, pues Twitter y Facebook, principalmente, han establecido un severo monitoreo para evitar psots de invitaciones a la violencia, incluso AMAZON ha retirado la app de PARLER de sus tiendas online, ya que es una red social que usan los partidarios de Trump (trumpers) para difundir teorías de conspiración relativas a las elecciones que Trump se niega a admitir que perdió. 
Todo empezó el 6 de enero en su discurso en un mitin (rally como dicen en EU), Trump le dice al público invitó al público a marchar al Capitolio para evitar que se consumara un presunto fraude electoral, una teoría “consipranoica” que muchos de sus seguidores siguen creyendo, sin embargo, al llegar al Capitolio, Trump no estaba ahí, los mandó al matadero.
Si se viola o no la libertad de expresión del Presidente, es caso aparte, el problema fue que uno de los tres poderes de un Estado lance a una multitud amotinada contra otro poder, convenciéndolos de que era una Revolución, alimentando el fuego desde su cuenta de Twitter, mientras una turba de fanáticos atacaban el edificio, donde estaban Senadores y Vicepresidente en la sesión donde se confirmaría el conteo electoral.
EL saldo de cuatro muertos es lamentable, deben quedar en la conciencia de quien, generó esta violencia, desde la comodidad de un poder que ha gozado por cuatro años y que tal vez creyó eterno, un esqueleto más (cuatro) en el armario de un narcisista esquizofrénico que tuvo el control del país más poderoso del mundo, que en uso de su libertad de expresión, provocó la muerte de cuatro personas, el arresto de casi 20 personas, más los que vengan y el negro futuro que espera a Trump después de la violencia de Washington, enero 2021.
