ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
Jesusa Cervantes y Aline Corpus, periodistas de Proceso y Reforma, respectivamente, fueron agredidas por un grupo de ejidatarios en Vale de Guadalupe la semana pasada, cuando realizaban un trabajo de investigación sobre la adquisición de terrenos en esa exclusiva zona, por parte de personas allegadas a Gerardo Sosa Castelán, quien ha sido señalado, en varias ocasiones como miembro de la “mafia política” de Hidalgo, quien actualmente está preso, pero al parecer sigue operando desde la prisión y supuestamente tiene intereses millonarios en dicha zona.
Los reportajes de Proceso y Reforma, fueron publicados este fin de semana, pone en evidencia presuntas irregularidades en la adquisición de terrenos por parte de (al menos) seis alegados a Sosa Castelán, cuando las reporteras Cervantes y Corpus hacían labor de campo para sus reportajes fueron retenidas y agredidas por quien ellas identifican como la esposa de Eduardo Cota, encargado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial, y Urbano (Sedatu) en Baja California.
La mujer u un grupo de ejidatarios, quisieron quitarles el material de fotografía y video que las periodistas habían levantado en el lugar, el martes 1 de Septiembre, sin embargo, de alguna forma lograron salir de ahí con el material para sus reportajes, que pueden leerse en Proceso y Reforma a partir del sábado 5 de Septiembre y que al parecer han despertado la ira del funcionario “cuatroteísta” quien ha amenazado con demandar a los medios donde trabajan Cervantes y Corpus.
Esta información es completamente falsa, lo que no es falso es que la senadora Alejandra León se presentó al mismo ejido hace 3 semanas con hombres armados a intimidar a los pobladores. En los videos qué hay las personas estaban hablando bien con la “reportera” y esta misma brindó un supuesto número de teléfono para poder entablar una conversación, ya que ella supuestamente era un agente neutro y quería escuchar a los pobladores. Que asco de gente que se deja llevar entre politiquerías, la revista proceso es un asco igual que sus corresponsales