ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
Un impactante fenómeno meteorológico golpeó Acapulco, las pocas imágenes que se han visto en redes sociales, son de destrucción, como de guerra, de bombardeo, sin embargo, ni la Alcaldesa de Acapulco ni la Gobernadora de Guerrero han dado la cara, la información que fluye es de los pocos reporteros que han logrado llegar y pocas personas que lograron transmitir antes de que todo colapsara.
La falta de seriedad o capacidad profesional del trabajo informativo del Gobierno Federal, ha quedado expuesta, era su responsabilidad alertar a la población, dar recomendaciones para que estuvieran preparados, al Ayuntamiento de Acapulco debió llamar a Asamblea Permanente de Protección Civil, ponerse a trabajar, prepararse y apoyar a la población para lo que venía.
Acapulco es la primera ciudad de más de 1 millón de habitantes en ser golpeada por un huracán clase 5, un fenómeno meteorológico que se veía venir desde el lunes, se subestimó su peligrosidad y creció más allá de las expectativas, llegando a tierra casi 5 horas antes de esperado, dejó a una de las ciudades más importantes del país destruida e incomunicada.
Tocó tierra en Acapulco, rachas viento de hasta 30o kilómetros por hora, turistas quedaron atrapados, muchos acapulqueños perdieron todo lo que tenían, un testimonio en medios muestra a un hombre, desde la azotea de su casa en una colonia popular, decía que todo se había perdido: “nada sirve, no nos alertaron”.
El Presidente, por alguna razón, decidió ir a Acapulco en camionetas, con parte de su Gabinete de Seguridad, la carretera estaba devastada, el auto se atascó y López Obrador tuvo que caminar, de cualquier manera el daño ya estaba hecho, 58 torres de electricidad colapsadas, las imágenes de la Zona Hotelera eran de total destrucción.
Las comparaciones con la actitud de Miguel de Lamadrid en el terremoto de CdMx 1985 no se han hecho esperar, también la defensa a ultranza de lo que es una evidente negligencia, porque hasta el momento solo hemos visto la devastación en la Zona Hotelera, la costera, pero tierra adentro y en playas al Norte y Sur de la Zona Hotelera hay colonias y poblados populares.
El Presidente dijo en su Mañanera que no había comunicaciones pero que había saldo blanco, ¿cómo saber si hubo saldo blanco, cuando no hay comunicación? El 26 de Octubre es un punto de inflexión una ventana una aparador que muestra la falta de capacidad en el trabajo, ¿de quién?, eso cada quien lo puede deducir, no cae todo en una sola persona.
Otis podría ser el Waterloo o la Noche Triste de un régimen que se sobrevaloró a sí mismo y que subestimo lo que la naturaleza es capaz de hacer, si la oposición empieza a pensar más como ajedrecista y menos como animal político, puede aprovechar esta ruptura en la narrativa, que será difícil disfrazar con mañaneras y bots, este país necesita menos palabras y más acciones.