por REDACCIÓN
THE BAJA POST
No intimida a Jaime Bonilla la posible demanda de inversionistas extranjeros por la cancelación de la planta desaladora, que construirían en Playas de Rosarito bajo un esquema Asociación Público Privada, afirmó el propio Gobernador, al declarar sobre demanda por la “abrupta cancelación del millonario proyecto que tendría un costo final de 200 millones de dólares”.
“Se canceló porque no hay dinero para pagar y garantizar esa cantidad, se firmó ese contrato de manera irresponsable por el gobierno anterior, bajo el argumento que iba a solucionar el problema de agua en Baja California”, puntualizó el mandatario estatal.
Aclaró que no está en contra de las desaladoras “son buenas y deben de existir”, expuso; no obstante, dejó claro que no es negocio de él, ni le interesa estar asociado con los inversionistas.
Bonilla Valdez expresó: “Por mí votó la gente para cuidar los recursos y lo estoy haciendo, este es un contrato abusivo (el de la desaladora de Rosarito), solamente alguien con intereses lo pudo firmar hicieron negocio con el gobierno pasado que no resultó».
Al dar lectura a una de los párrafos de la columna editorial en la que decía “los inversionistas extranjeros sospechan que la decisión de cancelar el proyecto se debe al rencor que le tiene el actual gobernador de Baja California, el Morenista Jaime Bonilla a su antecesor Francisco Vega de la Lamadrid”; el jefe del ejecutivo estatal puntualizó: “No puedo negar que le tengo desprecio tremendo por lo que le hizo a mi estado, pero no es por eso que lo cancelamos”.
Y agregó: “Bajo ninguna circunstancia vamos a aceptar el contrato que no le beneficie al pueblo, no es que no lleguemos a necesitar el agua, pero no así, que acuden a los juzgados”.
