ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
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Un hombre se metió a la fuerza a una casa y amenazando a un matrimonio amarró al esposo y trató de violar a la mujer, sin embargo, de alguna manera el hombre logró desatarse y atacando al intruso con un cuchillo, lo mató, ahora está detenido y el dilema es si fue o no legítima defensa, algo que debería estar bien estipulado en la Ley.
No es posible que, estando en su propia casa, alguien sea atacado a golpes y que traten de abusar sexualmente de su mujer, para después, seguramente, robarles, pero al lograr desatarse y defenderse de manera efectiva e incluso sin la intención de matarlo, sino solamente defender su casa y su familia, el atacante pierda la vida y aún se ponga en tela de juicio la legítima defensa.
Los abogados y los puristas de la Ley podrán decir muchas cosas, pero si el ataque y muerte del atacante del lunes en una colonia popular de Mexicali, no es determinado como legítima defensa, se estará enviando una señal nefasta a la sociedad, porque muchas veces la autoridad no puede estar “al pie del cañón” permanentemente para cuidar a la sociedad.
Lo sorpresivo y agresivo del ataque violento que sufrieron el hombre y su mujer, la falta de tiempo para esperar a que leguen autoridades o incluso la falta de aviso a la autoridad pusieron al hombre en una encrucijada y, atado mientras el atacante trataba de abusar de su mujer logra liberarse y emprende la defensa, su vida y la de su esposa estaban en juego.
Definitivamente que la legítima defensa debe ser autenticada en este caso, de lo contrario podría enviarse una señal peligrosa a la delincuencia y a la sociedad misma, no podemos permanecer a la expectativa cuando somos atacados, tampoco es combatir la violencia con violencia, es simplemente defender a nuestra familia y nuestro patrimonio.