por ALFREDO AZCARATE VARELA
THE BAJA POST/EDITOR
El primer año de Marina del Pilar como alcaldesa ha sido difícil, sobre todo en el marco de una pandemia sin precedentes, que ha paralizado muchas actividades y ha entorpecido la realización de programas de Gobierno, sobre todo por el aislamiento y distanciamiento social que redujo la actividad a cero, en los meses de marzo, abril y parte de mayo.
Las críticas son casi tantas como los elogios, sin embargo, lo que puede apreciarse realmente es un nuevo estilo de Administración Pública que llega pero que debe dejar de lado ciertos argumentos como el de culpar de todo al pasado y trabajar en el futuro de la capital de Baja California, donde indudablemente Marina del Pilar ha venido a traer una administración diferente, el tema ahora es que también sea más eficiente que las del pasado.
Entre los problemas que enfrenta la administración de Marina, están ciertos asesores que no han hecho un buen trabajo, como fue el caso de la cerveza “decomisada” que alguien convenció a la alcaldesa de vender para construir un refugio para animales abandonados, que tuvo un serio costo político para Marina, quien además está mal asesorada en materia de difusión en medios.
En una época en que los medios independientes toman fuerza, grandes consorcios como Televisa y los periódicos (en Mexicali LA CRONICA y LA VOZ) van en franca decadencia y siguen cobrando grandes sumas de dinero, porque “alguien” en el Ayuntamiento le habla al oído a Marina respecto a estos medios, parece que el CORAZON y VOLUNTAD, no aplica para proyectos empresariales, de todos los ramos.
